Guerra con Estados Unidos
La guerra con los Estados Unidos (1846-1848)
El conflicto con Estados Unidos, originado por la anexión de Texas a la Unión Americana, hizo, entre otros factores, que se declara la guerra entre México y los Estados Unidos, el 13 de mayo de 1846. El día 6 de octubre, el barco de guerra norteamericano "Cyane" apareció en la Bahía de Guaymas, y declaró el estado de sitio. Al siguiente día atacaron, sin poder quebrar la defensa al mando del coronel Campuzano.
El día 7 de octubre, los norteamericanos iniciaron el ataque a Guaymas, cuyo primer objetivo fue apoderarse del barco mexicano "Cóndor", el cual fue defendido por los soldados del Batallón Activo de Sonora. El capitán Duport, jefe de los invasores, dándose cuenta de que no era tan fácil tomar el puerto, mandó una comunicación a las autoridades nacionales proponiendo el cese al fuego si los mexicanos no lo atacaban.
Este conflicto armado se inició por las pretensiones expansionistas de los Estados Unidos de Norteamérica, cuyo primer paso fue la creación de la República de Texas —a la que el Gobierno Mexicano consideraba un territorio rebelde que podía reconquistar—, sobre una parte del territorio de Coahuila, Tamaulipas, Chihuahua y Nuevo México; este hecho, sumado a la demanda de indemnización al gobierno mexicano por los daños causados en Texas durante la guerra de independencia de ese antiguo territorio coahuilense y los intereses estadounidenses en adquirir los territorios de Alta California y Nuevo México, provocaron la invasión del territorio de la República Mexicana por parte del ejército estadounidense.
La guerra se inició cuando el Presidente James Knox Polk quiso preservar el nuevo territorio adquirido (La República de Texas convertida en el Estado de Texas) enviando al ejército estadounidense, el cual debía apostarse en la supuesta frontera con México. El Presidente Estadounidense dio órdenes a sus tropas de traspasar el río de las Nueces hasta llegar al río Bravo. Texas, cuando aún era República, había intentado extender su frontera original (el río Nueces) hasta el río Bravo (que eran territorios del Estado Mexicano de Tamaulipas) mediante el Tratado de Velasco que había firmado el prisionero General Antonio López de Santa Anna y que no fue reconocido por México.
Al internarse las tropas estadounidenses en el territorio en disputa entre México y Texas, fueron atacadas y así dio inicio la guerra. La invasión se llevó al cabo posteriormente en varios frentes: en el Estado de la Alta California operaba, aún antes de la declaración de guerra, un grupo de filibusteros estadounidenses y la marina de Estados Unidos en el Océano Pacífico, una fracción del ejército de los Estados Unidos se lanzó hacia el Estado de Nuevo México, otra, con refuerzos del norte avanzó hacia el sur por Tamaulipas y Nuevo León hasta que fue detenida; posteriormente el contingente más importante y mejor reforzado desembarcó en el Puerto de Veracruz y avanzó hasta la capital de México.
Los Territorios de Nuevo México, Alta California, Baja California y los Estados de Coahuila, Veracruz, Puebla y el Estado de México; fueron ocupados. A los puertos marítimos de otros Estados se les aplicó un bloqueo naval. El Ejército Mexicano estaba al mando del General Antonio López de Santa Anna hasta la final ocupación de la capital de la República. Dando término a las acciones bélicas se firmó el Tratado de Guadalupe Hidalgo donde México reconoció la independencia de la República de Texas, fijaba la frontera de ese Estado en el río Bravo y aceptaba la venta de los territorios de Alta California y Nuevo México a Estados Unidos a cambio de quince millones de pesos.
Ya desde 1809 se venían observando pretensiones anexionistas por parte de Estados Unidos. El Virrey de la Nueva España (aún México no era independiente) de aquel entonces inicia negociaciones con el gobierno de Washington para precisar límites entre la frontera norte novohispana y Estados Unidos. De esta manera consideraba que se frenarían los ímpetus de este país. Las gestiones del ya frágil gobierno virreinal español (que en plena guerra de la independencia española contra Francia iba perdiendo el control sobre sus colonias en América) concluyen con la firma del Tratado Adams-Onís, por el que España cede Florida, ya ocupada por tropas estadounidenses; a cambio Estados Unidos se compromete a no hacer más exigencias territoriales (Francia también había vendido la Luisiana en 1803).
En 1821 México logra su independencia de España. Dos años después (en 1823) el gobierno estadounidense reconoce a México como nación independiente y envía a Joel Robert Poinsett como representante para firmar un tratado de amistad y comercio. Se firma un tratado de límites, pero el gobierno de Estados Unidos intenta anexionar Texas en 1825 ofreciendo un millón de dólares por la compra del Estado. La propuesta se elevó a cinco millones dos años después, pero en ambos casos fue rechazada por México.
Hacia 1834 miles de colonos estadounidenses se habían establecido en Tejas, (que formaba parte de México), con el permiso del gobierno mexicano; Stephen F. Austin fue el principal promotor de llevar emigrantes anglosajones a Texas (también habían algunos colonos franceses de la Luisiana y de la Florida). Esta corriente fue alentada y apoyada también por Andrew Jackson cuyo antiguo colaborador, Samuel Houston, jugó un papel importante en el desenlace de esta invasión pacífica.
A los mexicanos les parecía injusto que los colonos estadounidenses hubieran recibido tierras gratis en Texas con unas condiciones que ellos consideraban generosas, mientras que a los colonos les resultaban injustas u onerosas: la prohibición de tener esclavos (era ilegal en México), la obligación convertirse en católicos, y además, acostumbrados a impuestos bajos y a una mayor libertad de comercio, cuando se terminó el período de importación libre que les había concedido el gobierno mexicano, se negaron a pagar tributos y apoyaron el contrabando de productos mucho más baratos que traían naves estadounidenses a través del Golfo de México. La subida al poder de Santa Anna, que estableció un régimen centralista y represivo y pretendió el desarme obligatorio de los colonos, empeoraría la situación más adelante.
Algunos prominentes generales como Manuel Mier y Terán, que en aquel entonces era general comandante de los Estados Internos de Oriente, hicieron que el congreso de México en los tiempos en los que gobernó Anastasio Bustamante aceptara una serie de propuestas entre las que figuraban las siguientes:
- Que Texas fuera habitada por españoles mexicanos.
- Establecer Fortines entre Texas y los Estados Unidos.
Sin embargo, el proyecto nunca prosperó y las pocas medidas tomadas desaparecieron hacia 1832.
Texas declaró su independencia de México en 1836 (en esa declaración sólo había un mexicano, Lorenzo de Zavala, siendo todos los demás «texanos mexicanos rebeldes» originarios de varios y diversos estados de Estados Unidos). Tras sufrir varias derrotas (la más conocida fue la batalla de El Álamo), los rebeldes vencieron finalmente a las tropas al mando de Santa Anna en la batalla de San Jacinto, capturando al presidente; este firmó en prisión el Tratado de Velasco, en el que reconoce la independencia del nuevo estado y la frontera del río Bravo. México desconoció la validez del Tratado, la independencia de Texas y el nuevo límite fronterizo (el límite entre los estados de Tamaulipas y Texas era el río Nueces). En los años siguientes se produjeron algunas incursiones militares de tropas mexicanas que llegaron a ocupar San Antonio, pero que acabaron replegándose en cada ocasión al sur de río Bravo.
En 1845 Texas ingresó como parte de Estados Unidos con categoría de estado y ese evento desencadenó los sucesos que habrían de conducir a la guerra. Ese mismo año crecieron las tensiones entre los dos países sobre estos territorios cuando el gobierno de EE.UU. ofreció pagar la deuda mexicana a los colonos estadounidenses si México permitía que EE.UU. le comprara los territorios de Alta California y Nuevo México. La propuesta fue rechazada por el gobierno mexicano. Se rompen las relaciones diplomáticas entre ambos países vecinos y se retira de Washington el representante del gobierno mexicano, Juan Nepomuceno Almonte.
El envío de tropas por el presidente estadounidense James K. Polk al territorio disputado en la frontera texana, entre el río Bravo y el río Nueces, acabó desembocando en el primer enfrentamiento entre tropas de ambos países, que se produjo el día 25 de abril de 1846 al norte del río Bravo, en el lugar llamado Rancho de Carricitos, cuando una patrulla estadounidense de 63 hombres, al mando del capitán Seth Thornton que estaba en misión de exploración fue emboscada por fuerzas al mando del general Anastasio Torrejón.
Este enfrentamiento le dio a James Polk el motivo para pedir la declaración de guerra contra México, el Congreso de Estados Unidos declaró la guerra a México el día 13 de mayo de 1846, lo que le permitiría conservar Texas y apropiarse de los codiciados territorios de la Alta California y Nuevo México como indemnización de guerra. Finalmente se terminaría el enfrentamiento armado y la invasión de casi todo el territorio mexicano con la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo y la desocupación de la capital de México a partir del 2 de febrero de 1848.
Declaración de la guerra
El gobierno estadounidense hizo caso omiso de la opinión mexicana de que el límite de la frontera sur de Texas era el río Nueces, y ordenó al general Zachary Taylor establecer tropas entre los ríos Nueces y Bravo. Para México se trataba de una ocupación de territorio perteneciente a Nuevo Santander, territorio mexicano en esa época, que abarcaba lo que hoy es el Estado de Tamaulipas y el territorio al norte del río Bravo (río Grande) hasta el río de las Nueces. El general Pedro Ampudia envió al general Taylor una carta intimándole que deshiciera su fuerte y se retirara hasta más allá del río Nueces. La carta fue ignorada, y las tropas estadounidenses avanzaron más al sur, hasta la desembocadura del río Bravo, donde comenzaron a construir el Fuerte Brown.
El primer choque armado se produjo el 24 de abril de 1846 en un lugar llamado Rancho Carricitos, que se encuentra en Texas, al norte del río Bravo y cerca del actual territorio mexicano de Tamaulipas, cuando dos mil lanceros de la caballería mexicana capturaron una unidad de 63 dragones estadounidenses en misión de exploración.
Inmediatamente el presidente Polk solicitó al Congreso una declaración de guerra, iniciando su discurso con las famosas palabras: «Sangre estadounidense ha sido derramada en suelo estadounidense...» (El enfrentamiento se había producido en la zona de territorio que EE.UU. reclamaba como propio). El congreso de EE.UU. declaró la guerra el 13 de mayo de 1846. Los estadounidenses norteños y los whigs (republicanos) generalmente se opusieron a la guerra mientras que los sureños esclavistas y los demócratas tendieron a otorgar su apoyo. Por su parte, el general Taylor inició las hostilidades aún sin haber recibido la noticia de la declaración de guerra formal entre los dos países y así presentó batalla a los mexicanos al mando de Arista en Palo Alto y en la Resaca de la Palma o Resaca de Guerrero, el 8 y 9 de mayo.
México declaró la guerra diez días después, el 23 de mayo de 1846, enfrentando así una guerra para la que no estaba preparado ni económica, ni militarmente, teniendo un ejército que resultó no siempre equipado para el combate, y según el historiador Vicente Riva Palacio, en su obra México a Través de los Siglos, citado por Humberto Mussachio: «sus jefes, más preocupados por obtener empleos bien remunerados y otros privilegios, principalmente Santa Anna actuaron, con sus excepciones, impulsados por la cobardía y la traición».
Batallas
Después de las declaraciones de guerra, las fuerzas estadounidenses invadieron territorio mexicano en diversos puntos. En el Pacífico, la fuerza naval al mando de John D. Sloat fue enviada para ocupar California y reclamarla para EE.UU. debido a preocupaciones de que Gran Bretaña también intentase ocupar el área. Sloat se alió con colonos anglosajones del norte de California quienes previamente habían declarado una República Independiente de California y habían ocupado varias ciudades clave.
El gobierno de Estados Unidos ordenó a su ejército atacar los siguientes puntos de México: Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y otros puntos hacia el sur. También invadió Monterey (Alta California). Por otra parte, se bloquearon los puertos de Tampico, Carmen, Guaymas, Mazatlán y San Blas, entre otros.
El 7 de agosto de 1845, el Comodoro estadounidense David Connor intentó sin éxito tomar el Puerto de Alvarado, Veracruz. El 15 de octubre de 1846 volvería a fracasar en el empeño (Batalla de Santa Teresa (1846)).
Mientras tanto, las tropas del ejército de EE.UU. (bajo el mando de Stephen W. Kearny) ocuparon Santa Fe (Nuevo México); posteriormente Kearny condujo una pequeña tropa a California, donde, después de algunos reveses iniciales, se unió con las fuerzas navales bajo el mando de Robert F. Stockton para ocupar San Diego y Los Ángeles.
La fuerza principal guiada por Taylor continuó a través del río Bravo hacia México, derrotando a las fuerzas de Pedro Ampudia en la batalla de Monterrey en septiembre de 1846, tras una fiera resistencia de los regiomontanos que resistieron durante varias semanas.
El 23 de octubre de 1846, las tropas estadounidenses abordo de 7 buques al mando del Comodoro Matthew C. Perry, tomaron el puerto de Frontera, Tabasco que se encontraba sin guarnición, y el 25 de octubre enfilaron sobre la capital del estado San Juan Bautista emplazando a las autoridades tabasqueñas a rendirse, solicitud que fue rechazada por el Gobernador Juan Bautista Traconis, iniciando así la Primera Batalla de Tabasco, la que terminó el 26 por la tarde con una victoria de las fuerzas tabasqueñas, siendo esta una de las pocas batallas ganadas por México en esta guerra. Los estadounidenses se retiraron hacia el puerto de Frontera iniciando un bloqueo para impedir la entrada de víveres y bastimientos para las tropas tabasqueñas.
El Gobernador Juan Bautista Traconis, solicita al gobierno mexicano apoyo con pertrechos de guerra, pero al no recibirlos, el 9 de noviembre declara a Tabasco separado de la nación mexicana. Sin embargo el 8 de diciembre, se levanta en la capital del estado un ácta rectificando la separación.
Al tiempo el Estado de Yucatán se independizó por segunda vez y se produjo un levantamiento federalista en la ciudad de México, derrocándose el gobierno de Mariano Paredes y propiciándose el regreso de Santa Anna de su exilio cubano en diciembre de 1846, estableciéndose un nuevo gobierno con Valentín Gómez Farías como vicepresidente.
Santa Anna marchó personalmente hacia el norte para enfrentarse a Taylor en la Batalla de la Angostura, conocida en los EE.UU. como Batalla de Buena Vista el 22 y 23 de febrero de 1847. A pesar de ir ganando la batalla, al caer la noche Santa Anna interrumpió el combate declarándose vencedor y emprendió una inmediata retirada (muy discutida y criticada por la historiografía mexicana) que en la práctica equivalió a una derrota y que sorprendió al mismo Taylor. Lo no discutible es que la invasión fue detenida en este punto.
Santa Anna deja a Gómez Farías como presidente interino del país con la encomienda de que hiciese acopio de recursos para afrontar la guerra, a tal efecto en enero de 1847 se emite una ley que autorizaba al gobierno federal a apropiarse de los bienes de la Iglesia por valor de 15 millones de pesos. Ante esta ley, el pueblo y el clero se levantan en armas en la ciudad de México hasta el punto de que la muchedumbre enardecida impidió que Gómez Farías pudiera salir del Palacio Nacional. Frente a esta situación, Santa Anna se vio obligado a abandonar temporalmente las acciones. Ya en la ciudad de México, anuló el decreto a cambio de una aportación "voluntaria" del clero por 100 mil pesos.
Mientras tanto, en vez de reforzar las tropas de Taylor para un avance continuo, el presidente Polk abrió un segundo frente, mandando un ejército bajo el mando del general Winfield Scott en marzo de 1847, que se transportó por mar, con parte de las fuerzas de Taylor, al puerto de Veracruz, para iniciar la invasión del centro de México.
Scott ganó el puerto de Veracruz tras un cruento bombardeo donde murieron muchos civiles, y marchó hacia la Ciudad de México con ayuda de la Mexican Spy Company («Compañía de espías mexicanos»), un grupo de mexicanos que apoyaron al lado estadounidense y actuaron como guías, ayudando a ganar la batalla de Cerro Gordo.
En el otro frente, el 16 de junio de 1847, nuevamente las tropas estadounidenses al mando de Matthew C. Perry, atacan la capital tabasqueña San Juan Bautista, desarrollándose la Segunda Batalla de Tabasco, pero en esta ocasión sin víveres ni bastimentos militares suficientes, la capital cae en poder de los estadounidenses, y el Comodoro Perry nómbra al General Vant Brunt Gobernador de Tabasco.
Después de que Scott tomó Puebla sin encontrar resistencia se dieron las importantes batallas de Padierna, Churubusco y Molino del Rey; el castillo de Chapultepec cayó, en una defensa en la que intervinieron los jóvenes cadetes de ese plantel militar y muriendo varios de ellos, (los Niños Héroes). Durante el asalto cayeron prisioneros los generales Mariano Monterde (Director del Colegio Militar de México) y Nicolás Bravo (Antaño héroe de la independencia).
La caída de Chapultepec tuvo dos consecuencias inmediatas: la ocupación por los estadounidenses de la ciudad de México y la nueva renuncia de Santa Anna a la presidencia del país.
Fin de la guerra
El Tratado de Cahuenga, firmado el 13 de enero de 1847, en Los Ángeles, finalizó las disputas en California. El nuevo gobierno encabezado por Manuel de la Peña y Peña inició las negociaciones de paz con los Estados Unidos que culminaron con la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo, totalmente redactado por Estados Unidos; firmado en la villa de Guadalupe Hidalgo (Hoy parte de la Ciudad de México) el 2 de febrero de 1848, el cual finalizó la guerra y otorgó a EE.UU. el control sobre Texas, el territorio en disputa entre México y Texas que comprendía toda la tierra al norte del Río Bravo y los territorio conocidos como Alta California y Santa Fe de Nuevo México; apropiándose de lo que hoy son los Estados de Arizona, California, Nevada, Utah, Nuevo México y partes de Colorado,Wyoming, Kansas y Oklahoma. Significando esto para México, la pérdida más de 800.000 millas cuadradas (más de 2.100.000 km²) de tierra, 55% de su territorio nacional. A cambio, Estados Unidos pagaría en 3 pagos, 15.000.000 de dólares como gastos de guerra y cubriría los daños sufridos por sus connacionales en México.
Los territorios anexados contenían aproximadamente 7,000 habitantes Mexicanos en Alta California y cerca de 100,000 habitantes en Nuevo México. Aunque esta cifra sólo contemplaba a los de origen español. Ya muchas tribus indígenas hablaban español y no se contabilizaban en esos censos, por lo que es probable que hubiera aún más habitantes que esos reportados en Nuevo México.
México perdió el 51% de su territorio durante la guerra, cediéndolo a Estados Unidos. Santa Anna huyó al autoexilio a Venezuela. En EE.UU., la victoria en la guerra trajo un surgimiento de patriotismo, y con la adquisición de los territorios al oeste —en 1846, Estados Unidos había adquirido la parte sur de Oregón— parecía cumplirse con las creencias del «destino manifiesto».
Mientras que el filósofo y escritor Ralph Waldo Emerson rechazó la guerra como un «medio de obtener el destino de Estados Unidos», tuvo que aceptar que «la mayoría de los grandes resultados de la historia se han logrado por medios indignos». La guerra hizo de Zachary Taylor un héroe nacional, un partidario whig sureño, quien fue elegido como presidente en las elecciones de 1848.
Sin embargo, este período de euforia nacional no duraría mucho tiempo. La guerra había sido ampliamente respaldada en los estados sureños pero fue rechazada por los estados del norte. Esta división se desarrolló extensamente debido a las expectativas de cómo la expansión de Estados Unidos afectaría al tema de la esclavitud.
En ese tiempo, Texas reconoció la institución de la esclavitud, pero México no lo hizo (la esclavitud estaba prohibida en México desde la firma de la constitución federal de 1824). Muchos abolicionistas (antiesclavistas) norteños vieron la guerra como un intento de expandir la esclavitud y asegurar su influencia continua en el gobierno federal por parte de los dueños de esclavos. El escritor estadounidense Henry David Thoreau publicó su ensayo Desobediencia civil y se rehusó a pagar impuestos para solventar la guerra debido a que la consideraba una guerra injusta y de intereses imperialistas.
Durante el primer año de la guerra, el congresista demócrata David Wilmot introdujo una ley que prohibía la esclavitud en cualquier territorio capturado de México. Esta ley, que se conoció como el Proviso (cláusula) Wilmot causó una protesta inmediata de los sureños en ambos lados del congreso.
Para los sureños, parecía que el norte estaba dispuesto a abandonar la paridad dentro del senado, y la cláusula de Wilmot encendió la hostilidad entre las dos secciones. La ley por sí misma fue aprobada por la Casa de Representantes, pero falló en el Senado, con ambos votos en las líneas seccionales.
En 1848 los demócratas (pro esclavistas) propusieron una nueva solución al tema de cuáles territorios podrían tener permiso de esclavitud, conocida como «soberanía popular». Esto permitía a los votantes dentro del territorio a determinar por ellos mismos si permitirían la esclavitud dentro de su territorio. El Acta de Kansas-Nebraska en 1854 hizo más popular la soberanía popular de las tierras, deshaciendo el Compromiso de Misuri. En protesta de estas acciones, el Partido Republicano se organizó ese año con oponentes de la expansión de la esclavitud.
Ulysses S. Grant, que sirvió en la guerra bajo el mando de Scott, consideraría más tarde que esta guerra fue una de las causas de la Guerra Civil Estadounidense: «La ocupación, separación y anexamiento [de Texas] fue... una conspiración para adquirir territorio del cual los estados esclavistas pudiesen formar una unión americana». El también dijo "No creo que haya habido una guerra más injusta como la que Estados Unidos le hizo a México, era seguir el mal ejemplo de las Monarquías Europeas".[3] Muchos de los altos rangos de la guerra de Intervención pelearon en la posterior Guerra Civil, incluyendo a Grant, Ambrose Burnside, George McClellan, Stonewall Jackson y Robert E. Lee.
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